También debemos recordar que, desde su postura, más aplomada en comparación con la de su antecesor, Santos desarrolló políticas económicas, sociales y ambientales que van en la misma vía de lo que ya venía desarrollando Uribe en los ocho años anteriores, es decir, hubo un continuismo neoliberal manejado con afabilidad.
El 7 de agosto de 2018 será recordado, infortunadamente, como el día en que el uribismo regresó al poder de la República de Colombia, tras el relevo a Juan Manual Santos en el cargo más importante de nuestra nación, un acontecimiento que pareciera normal dentro de una democracia, pero que en Colombia conlleva a un periodo de zozobra, pues Iván Duque, el presidente electo, no parece tener la capacidad suficiente ni necesaria para gobernar un país en propia persona. Terminados dos periodos del gobierno de Juan Manuel Santos, quien en su momento fue quien dijo Uribe, podemos afirmar que su gran triunfo político fue el Proceso de Paz con la extinta guerrilla de las FARC-EP, hoy convertida en partido político gracias a los acuerdos efectuados entre ambas partes. Proceso que por más de 5 años se desarrolló para concretar, quizás el punto más importante desde mi perspectiva, la dejación de las armas por parte las FACR-EP. Acontecimiento que significó evitar un continuo derramamiento de sangre entre colombianos y que evitó más de tres mil muertes al año, solo en dicho conflicto, sin duda alguna, una victoria para el campesinado, quien era el actor más afectado y en general, para toda la población colombiana, que veía como entre pares nos eliminábamos, con o sin razón alguna.
Por tomar la decisión de emprender un proceso de dialogo con las FARC-EP es valido agradecer a Juan Manuel Santos por su gestión, desde mi posición como ciudadano, trabajador y padre le agradezco ese acto con toda honestidad, dejando claro que esa era una de sus obligaciones como nuestro mandatario, pero no debemos aprovechar este relevo presidencial para agradecerle a Santos el entregar un país sin tantos conflictos armados, porque la dejación de armas por parte de las FARC-EP no resuelve todos los problemas de violencia en país, ni mucho menos, resuelve el problema de la guerra que se tienen con otros participantes complejos como con el ELN y con el lastre de las Autodefensas. Sí, de aquel grupo que en sus inicios fomento Álvaro Uribe Vélez siendo gobernador de Antioquia y que hoy día cambiaron su nombre a “Bacrim” o “Clan del Golfo” tras su paupérrima y circense desmovilización.
El Dato: De 1.835 muertes violentas en 2002 por el conflicto con las FARC-EP, en 2017 se registraron 0 muertes en el Posconflicto. Fuente CERAC – Centro de Investigación Estudios Sobre Conflictos Armados. http://www.cerac.org.co/es/
También debemos recordar que, desde su postura, más aplomada en comparación con la de su antecesor, Santos desarrolló políticas económicas, sociales y ambientales que van en la misma vía de lo que ya venía desarrollando Uribe desde el año 2002 hasta el 2010, es decir, hubo un continuismo neoliberal manejado con afabilidad para dar esa sensación de cambio entre la población, potenciada con esa cortina de humo de la mal llamada “Traición de Santos a Uribe”, por sus constantes discusiones, al parecer contradictorias, por redes sociales y medios de comunicación, quienes prepararon el escenario ideal para vender al pueblo esa falsa tesis, pues al final de ambas gestiones el país continuo siendo mercancía de multinacionales y despensa de las grandes potencias económicas, pues se incrementaron las licencias de explotación minera a lo largo y ancho del territorio, la producción de alimentos local disminuyó notablemente por las altas cargas de alimentos importados, dejando a muchos productores en la quiebra por falta de apoyo estatal y por la imposibilidad de cumplir con los requisitos no arancelarios que exigen los TLC firmados en el gobierno de Uribe, es decir, se continuo con la tarea de dar ventajas comerciales a las importaciones, haciendo más fácil la operatividad de los grandes comerciantes nacionales que compraban más barato, pero seguían vendiendo a costo de producción nacional.
Al igual que el incremento de diversos impuestos al colombiano del común y liberando de estos mismos a los grandes capitalistas, de allí la razón de una nueva reforma tributaria que incrementó el IVA al 19%, que bajo los valores de tributación para que más colombianos pudieran ser gravados con más impuestos, mientras que las grandes empresas nacionales y extrajeras eran liberadas de ciertos impuestos bajo la excusa de generación de empleo, el mismo verso que trajo Duque en campaña, estrategia acartonada que se repite cada cuatro años y no hemos podido descifrar como población.
No por nada y por un solo hecho de “desarrollo”, Santos gestionó el ingreso de Colombia a la OCDE – Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico y a la OTAN - Organización del Tratado del Atlántico Norte, dos jugadas maestras que hacen que el país se someta a políticas supranacionales que ya han dictaminado que Colombia es un país que debe hacer profundas reformas a su sistema pensional, laboral y financiero, lo que se traduce en la aplicación de nuevas y severas leyes que buscaran incrementar los ingresos del país a costa del trabajo, la salud y la vida misma de los trabajadores, pensionados y ciudadanos del común, para poder ser participe, minoritario claro está, de procesos comerciales a alto nivel y por el otro escenario, hacer de Colombia un centro de operaciones militares internacionales con las siete bases militares estadounidenses ya existentes en país, lo que puede conllevar a hacer del país una trinchera para grandes potencias mundiales para ellos no verse afectados y preservar su gente y su territorio.
El Dato: La OCDE manifiesta que Colombia debe hacer una Reforma Pensional donde se aumente la Edad de Pensión para Hombres a los 67 Años y Mujeres a los 62 Años. Fuente: Pensionados de Colombia https://www.pencol.co/la-ocde-y-las-pensiones-colombia/
No podemos olvidar que estos últimos dieciséis años han sido, como se dice popularmente “más de lo mismo” y que con la llegado de Iván Duque a la Casa de Nariño tendremos cuatro años de continuación de dichas tareas, que de hecho, con el gabinete anunciado por Duque se ratifica tal indicio, pues el personal designado a cada cartera cumple con perfiles administrativos de gestión financiera, donde las necesidades sociales, reales y sentidas del pueblo colombiano pasan a otros planes menos importantes.
Se visionan más arremetidas económicas contra el colombiano de a pie, como tú o como yo, una posible disminución y sectorización del salario mínimo, impuestos por comprar en efectivo y no someterse al sistema de crédito financiero, más disminuciones de impuestos para las empresas, son algunas de las posturas de entes gremiales y financieros como Asobancaria, la ANIF, el Banco de la Republica y la ANDI han manifestado su intencionalidad al futuro gobierno, donde quien será Ministro de Hacienda, el señor Alberto Carrasquilla, comparte varias de esas propuestas y que con el respaldo del legislativo mayoritario del Centro Democrático y los partidos tradicionalistas, y serviles de la corrupción, pueden proyectar aplicarlas sin ningún reparo ético y moral en el impacto negativo que provocara en la gente. Sumando a estas nefastas posturas neoliberales, vemos como el próximo Ministro de Defensa, Guillermo Botero va a intentar aplacar la voz del pueblo con más regulaciones para la protesta social, siendo en mecanismo de control gubernamental para limitar y acallar a quienes no estemos de acuerdo con su política voraz.
Esto nos va dando tintes de lo que será un gobierno donde la famosa “Seguridad Democrática” se aplicara a la población civil, pues ya el protagonista que era usado como bandera para aplicar la bota militar a toda costa está desmantelada y sin armas, es así, que los líderes y lideresas sociales, sindicales y ambientales se convierten en objetivo de exterminio, hecho que se ha potenciado desde que el Uribismo anuncio su vuelta al poder de la mano directa de su “patrón”.
El Dato: El Banco de la República, en su Borrador No. 1023 del 17 de octubre de 2017 y actualizado el 9 de abril de 2018, propone un Salario Mínimo más bajo para ciudades de menos ingresos. Fuente Banco de la República http://www.banrep.gov.co/es/borrador-1023
Sí, somos un país con menos conflictos armados, pero no con Paz, pues esta solo puede llegar con la Justicia Social al ciudadano, con el respeto por la Pachamama, con el fortalecimiento de nuestra Agroindustria y de nuestros Campesinos, con calidad de Educación, Salud y Vivienda a disposición de la población y en espacial de aquellos con mayor vulnerabilidad, y con Trabajo Digno, remunerado justamente y con garantías reales de libre asociación y negociación colectiva.
Sólo así el colombiano podrá tener Paz, esa misma que le permita vivir con dignidad y orgullo, en donde sea protagonista de las políticas de Estado de forma incluyente y reciproca al trabajo realizado por el país desde cualquier escenario participativo y contributivo, donde se vea reflejado el pago de sus impuestos en su beneficio propio y grupal, donde se conforme una sociedad que conviva como comunidad y el bienestar social sea una premisa colectiva y no individualizada.
Fraternalmente;